martes, 5 de agosto de 2014

El BESO



Los buenos amantes persiguen el primer beso, porque saben que es lo único que se necesita para sacudir el alma de una mujer.
Y es que hay de besos a besos. Los hay dulces y tiernos, susurrados y provocativos, ardientes e inocentes, y los hay perversos y trasgresores, esos que abren puertas que es imposible cerrar después.

Si es de boca, cualquier beso es comienzo, porque la condena de ese contacto, es la inevitable pregunta de: que sabor tendrán los otros besos? Pobres de aquellos que creen que el amor puede sobrevivir sin el beso.

La forma de besar por primera vez a una mujer es como la cata de un buen vino, hay que hacerlo lentamente, reteniendo el sabor de su boca entre labios antes de pasarlo al paladar. Después hay que degustar la boca agena en todas las conbinaciones posibles, en las diferentes estaciones, en los lugares más inimaginables y en los horarios más distendidos. Porque el beso, tal como el vino, necesita del aire para acentuar su sabor, del tiempo para mantenerlo y de la paciencia para añejarse.

Hay amores que sólo nacen a través del primer beso y amores que son eternamente jóvenes por la magia de dos bocas búscandose por siempre.


LA AMISTAD





Los amigos entrañables son los de nuestra infancia, los que vivieron nuestra historia, son ellos los que no nos pedirán cuentas de nuestros fracasos y los que nos querrán tanto por nuestras virtudes como por nuestras imperfecciones.

Están los amigos que te hacen soñar:  esos que traen consigo las cosas hermosas del mundo; los que crean, los que descubren la primera florecita cuando llega la primavera, los que saben hacer barquitos con papel de servilleta de bar, los que guardan piedritas de colores en sus bolsillos, y tarjetas postales en sus cajones. 

Están los que nos enseñan a pensar con cordura, a razonar a razonar cuando no podemos ser razonables.

Al amigo tenemos que mirarlo viéndolo como es, y aceptarlo así. Y frente a él tenemos que mostrarnos como somos, para que nos tome con todo el equipaje de cosas que lleva para vivir la vida.