viernes, 10 de noviembre de 2017

Cómo afectan los Pensamientos tóxicos nuestra vida




Tener nuestros pensamientos en una manera disciplinada en lugar de permitir que corran campantes caóticamente puede generar cambios impresionantes en la manera de cómo nos sentimos y pensamos. Este cambio es evidenciado en las funciones cognitivas emocionales, así como en el nivel neuronal.

Cuando uno observa sus pensamientos de manera objetiva con la visión de capturar pensamientos reveldes, usted en efecto dirige su atención a detener el impacto negativo y conepta nuevos circuitos en su cerebro.

Cuando usted toma la desición consciente de enfocar y dirigir su atención correctamente, cambia la materia física; su cerebro y su cuerpo cambian en una manera saludable. Atrapar sus pensamientos a propósito puede controlar el procesamiento sensorial del cerebro, la conexión del cerebro, los neurotransmisores, la expresión genética y la actividad celular en una dirección positiva o negativa. No atrapar esos pensamientos llevará a una espiral potencial hacia la confusión y niveles distintos de desaliento mental.

CÓMO DEJAR IR LAS EMOCIONES TÓXICAS
Durante momentos de estrés y emociones negativas el ritmo cardiaco es desordenado; un estado que los médicos llaman incoherencia. Durante estos momentos el patrón de las señales neuronales que viajan del corazóbn al cerebro se desordenan, llevando a una disminución de las funciones cognitivas más altas (atención, percepción, memoria , inteligencia emocional, habilidades para resolver problemas y demás). Esta disminución en la cognición adecuada deja a las personas sin los recursos internos para tratar con el estrés, lo cual a su vez refuerza las emociones negativas subyacentes al patrón de latido desordenado  del corazón. Esta es la condición de pelear o huir en la que mucha gente pasa toda su vida sin darse cuenta siquiera.

Cuando nuestra vida emocional se caracteriza por sentimientos de gratitud, compasión, amor, aprecio y paz, el ritmo del corazón se encuentra en un estado de coherencia. Este no es un estado de relajación, sino un estado de bienestar que con frecuencia sentimos cuando estamos en la presencia de alguien que nos irradia paz, compasión y calidez interna. 
Tener un ritmo cardiaco coherente inicia una red positiva de reciprocidades en la mente  y en el cuerpo, dando como resultado una mejor condición mental, emocional y física.

Durante el estrés y las emociones negativas, el patrón del ritmo cardiaco es errático y desordenado, y por consiguiente emite señales neuronales que viajan del corazón al cerebro e inhiben las funciones cognitivas más altas.
Eso limita nuestra capacidad de pensar claramente, recordar, aprender, razonar y tomar desiciones eficaces. La información que entra del corazón al cerebro durante emociones estresantes o negativas también tiene un efecto profundo en los procesos emocionales del cerebro; de hecho sirve para reforzar la experiencia emocional del estrés.

Esto significa que aprender a generar una mayor coherencia en el ritmo cardiaco, por medio de sostener emociones positivas, no solo beneficia al cuerpo entero, sino también afecta profundamente cómo percibimos, pensamos, nos sentimos y nos desempeñamos en nuestra vida.