Pequeña rosa, rosa pequeña,
a veces, diminuta y desnuda,
parece que en una mano mía cabes,
que así voy a cerrarte y a llevarte a mi boca,
pero de pronto mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios,
has crecido, suben tus hombros como dos colinas,
tus pechos se pasean por mi pecho,
mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada línea
de luna nueva que tiene tu cintura:
El amor como agua de mar te has desatado:
Mido apenas los ojos más extensos del cielo
y me inclino a tu boca para besar la tierra.
Pablo Neruda
No hay comentarios.:
Publicar un comentario